Voy formándome como ser humano carnal a paso normal.
Todos mis pasos, desde mi niñez; son llevados con la ayuda de alguien.
Para ser un ser humano completo, paso por etapas
necesarias y debo completarlas, según me mostraron.
Pero, existe un crecimiento mas importante
y maravilloso; el Espiritual.
Este es como un árbol.
Es un ser libre y natural, cuidado y formado
por la mano de Dios.
Pasa por estaciones dolorosas, el Otoño hace que pierda
mis frutos viejos; pero la Primavera me regresa
unos actuales y mejores.
El Invierno, me hace notar la necesidad
del calor, y que no soy infalible.
Pero siempre mis raíces se encuentran
sembradas en terrenos buenos, que me
ayudan a continuar mi crecimiento.
De mis frutos pueden comer los necesitados,
a mi sombra se pueden acoger los que deseen.
Y siempre estoy erguido en dirección a mi Padre creador; Dios.
No me quedo solo en mi crecimiento carnal,
sino que busco mi crecimiento Espiritual
constantemente.
Sin permitir que me sigan llevando de
la mano como cuando era niña,
porque pueden confundirme e infundir me
ideas personalizadas, que no son necesarias.
Es por eso que sigo la Palabra Sagrada en la Biblia,
la palabra de Jehová, mi Dios.
Mi única y perfecta guia en mi vida.
Con sabiduría la acojo para mi crecimiento pleno.
(Inspirado en la lectura de Efesios,4:13-16)
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